sábado, 12 de junio de 2010

Políticos: ¿dignos representantes del pueblo?



Nuestros políticos, elegidos libremente por aquellos que ejercen el derecho al voto, se convierten por ello en representantes de la voluntad popular de la mayoría, lo cual no deja de ser un concepto ideal, pues la realidad es terca y viene demostrando legislatura tras legislatura que en este país existe una brecha de dimensiones megalíticas entre la voluntad popular, que ciertamente sería difícil de sintetizar y la voluntad de los políticos.

La brecha se puede apreciar tanto en los buenos como en los malos momentos económicos, sólo hemos de estar atentos a los movimientos de nuestros alcaldes, diputados, senadores, etc... que poco tienen que ver con las necesidades de los ciudadanos. Mejor ilustrarlo con algunos ejemplos.

Acaso los ciudadanos les hemos pedido que financien a las fuerzas sindicales y todo tipo de asociaciones, con el sólo objetivo de mantenerlos y mantenerlas bien sujetas y con la boca cerrada.

O es que responde a nuestras demandas que los señores parlamentarios por su penosa labor sólo precisen cotizar 7 años para tener derecho a una pensión, al tipo máximo, mientras los que con sus votos lo situaron en el cargo han de cotizar 35 años para muchas veces cobrar una miserable pensión de no más de 800 €.

Quizás responde a nuestros deseos el hecho de que los políticos dediquen buena parte de su tiempo a promulgar normas y adoptar acuerdos que sólo los benefician a ellos y a sus clanes.

Será a lo mejor por todo esto que normalmente todos los partidos políticos, sea cual sea su color o ideario, se ponen de acuerdo sin ningún problema para fijar subidas en sus salarios e indemnizaciones; que gracia han de ser indemnizados porque su labor les supone no pocos viajes, saraos y otras penalidades que el común de los ciudadanos no podemos ni imaginar.

También es lógico que tengan derecho a indemnizaciones una vez cesan en su cargo, pues hemos de comprender que durante el ejercicio del mismo su total dedicación a solucionar nuestros problemas, les impide mejorar su curriculum, hacer contactos para su posterior carrera profesional, en resumen sacrifican sus vidas y sus carreras por servir a sus paisanos.

Podría escribir cientos de ejemplos más para ilustrar mi afirmación, pero queda como ejercicio que todo aquel que lea este post y lo desee, tome como deber incluir un comentario con algún otro ejemplo práctico, prometo recopilarlos todos y darles la difusión que merecen.

Habrá muchos políticos que tendrán la indecencia de dar replica a lo aquí escrito, aunque con eso ya contaba, no espero nada de un colectivo acostumbrado a usarnos como excusa, como chivos expiatorios, no somos otra cosa que el abono que mantiene fértil el huerto en el que cultivan ambición, demagogia, nepotismo, la endogamia y otras hierbas, todas ellas de amargo sabor para el pueblo español.

2 comentarios:

  1. Querido observador
    Entro en tu blog a través de "voto en blanco" y me animo a participar comentando esta entrada, que creo merece reflexión.
    Es evidente que tenemos una clase política que opera al margen de aquellos a quienes se supone debe representar. Las manifestaciones prácticas de este hecho son múltiples y cualquiera con ojos en la cara y dos dedos de frente las puede ver. Lo que resulta más complejo es analizar las razones que nos han llevado a este punto, las causas últimas del fracaso.
    No hay que aclarar que democrático es aquel sistema político que otorga el poder a los ciudadanos, y que como la participación directa nacional es imposible, hemos desarrollado formas de representación popular. El problema que tenemos en España, en Italia y en otros países es que la forma de representación elegida es la proporcional, en nuestro caso una proporcional modificada.
    Como todos sabemos, aquí los partidos políticos eligen representantes a los que estamos autorizados a votar. Estas personas, una vez en el congreso, están más atadas por el compromiso ante su partido que ante los votantes, a los que ni siquiera conocen ni van a pedirles explicaciones. Esos diputados representan partidos, no población.
    En la transición se dijo que así estarían representadas todas las ideologías. Argumento perverso donde los haya, pues este planteamiento implica adhesión completa del pueblo a todas las propuestas de uno u otro partido, cosa que en la práctica no ocurre porque muy poca gente es integrista en cuestión ideológica. Además, con el devenir de los años se comprobó que las ideologías de los partidos cuando llegan al poder difieren poca cosa. ¿Por qué es entonces más importante que estén representadas las "ideologías"(=partidos), que el pueblo? Pues porque eso exactamente es lo que les interesaba a unos partidos pilotados por demagogos profesionales que no quieren soltar el poder.
    En los sistemas mayoritarios uninominales por circunscripciones (Gran Bretaña y EEUU) los candidatos se presentan con un programa ante unos electores concretos. Estos eligen al que más les interesa para que represente la opinión mayoritaria de esa zona en el parlamento. Como además allí la disciplina de voto está prohibida, el compromiso de esta persona está más próxima al elector, que le ha puesto donde está, que al partido.
    Te propongo un caso práctico. Cuando Blair quiso entrar en la guerra de Irak, sus compañeros laboristas rechazaron está propuesta en el parlamento. Eso se debía a la ausencia de disciplina de voto y a que así se lo demandaban los votantes de sus circunscripciones. “Desfacer el entuerto” le costó a Blair un arduo esfuerzo informativo, explicando ante los medios y ante grupos concretos de población los motivos de su postura. Finalmente y gracias a los conservadores sacó adelante su iniciativa y en las siguientes elecciones los laboristas revalidaron el apoyo de sus votantes.
    No conozco tus ideas políticas, pero tampoco importa, porque abstrayéndonos del caso concreto, ¿qué te parece que representa mejor al pueblo?, ¿lo que te acabo de describir o lo que pasó en España en la misma época?
    G.Bretaña no es mi paradigma democrático, ya que allí como aquí, no hay división de poderes. Pero hay que reconocer que sólo por su sistema electoral (ese que el interesado de Clegg quiere cambiar) nos ganan por goleada.
    Creo que además de acusar a los políticos, debemos conocer los motivos de la confusión en la que nos han metido, porque si no, amparados por el régimen que se han montado, van a seguir tratándonos como tontos útiles.
    Por último, además de disculparme por lo que me enrollo, quiero animarte en el inicio de tu blog y enviarte un saludo
    A.N.

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  2. Agradezco tu interesante y razonada aportación, ciertamente el sistema electoral vigente en España es perverso, especialmente porque se basa en unas estructuras, los partidos políticos, que contravienen la propia Constitución, pues es claro que si en sus entrañas no hay espíritu democrático, dificilmente pueden aportar ese espíritu a su forma de regir nuestros destinos; pero lo cierto es que este sistema lo mantienen los propios políticos, supongo que porque es más cómodo para sus propios intereses.
    El módelo británico supongo que mejoraría la actual situación de perversión absoluta del sistema, pero una vez más estamos en manos de quienes no desean que nada cambie.
    Gracias por los anímos que me envías y saludos.
    Observador.

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