viernes, 25 de junio de 2010

El libre albedrío


El trágico accidente ocurrido el día de San Juan en la estación de Castelldefels me ha llevado a escribir este texto.

El libre albedrío es la creencia de aquellas doctrinas filosóficas que sostienen que los humanos tienen el poder de elegir y tomar sus propias decisiones, y si nos centramos en la ética supone que los individuos pueden ser responsables de sus propias acciones.

Lo sucedido ha supuesto una tragedia muy difícil de aceptar para los familiares y amigos de quienes perdieron la vida en cuestión de unos segundos, cuando esto sucede supongo que es normal que se busquen explicaciones, respuestas y en último término culpables; en los distintos telediarios de las cadenas televisivas se han sucedido declaraciones de algunos familiares y testigos cuestionando desde la inadecuada velocidad del tren hasta de falta de señalización e iluminación del paso subterráneo habilitado recientemente para que los transeúntes puedan salvar de forma segura el obstáculo que suponen las vías.

Entiendo que la pérdida de un ser querido nos lleve a cuestionarnos cualquier cosa antes que la responsabilidad del mismo, sin embargo lo sucedido constituye un claro ejemplo de libre albedrío, todas y cada una de las personas que optaron por llegar a la playa a través de las vías sabían que por ellas circulan trenes, es posible que desconociesen sus horarios y velocidades de paso, seguramente ninguno se detuvo a pensar en la posibilidad de que su elección podría tener consecuencias tan nefastas, la cuestión es que probablemente pesó más la urgencia por acceder al lugar deseado, la playa y ello fue motivo suficiente para que decidieran atravesar las vías.

Hemos de culpar por ello a quien realizaba su trabajo con ateniéndose a las normas que le han sido dictadas, o debemos culpar a quien diseñó un paso subterráneo por no disponer de la capacidad suficiente para casos puntuales de afluencia masiva, o tal vez hay que culpar a las autoridades por no disponer a tiempo los recursos precisos para evitar el acceso a las vías...... sinceramente cualquiera de estos argumentos sería un grave error, en primer lugar porque cada uno de nosotros somos responsables de nuestros actos, especialmente si con ellos ponemos en peligro nuestra vida o la de otras personas, en segundo lugar porque debemos tener bien presente que esos actos pueden tener consecuencias muy desagradables y en tercer lugar porque día a día observo como en nuestra juventud crece sin cesar la sensación de impunidad ante sus acciones.

Hechos como el sucedido deben servir de aviso y han de ser usados como elementos pedagógicos que ayuden a reconducir la educación de futuras generaciones, de lo contrario asistiremos cada vez con más frecuencia a sucesos similares.

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